Objetivos
En el caso de superficies de hormigón nuevo, con las operaciones previas de preparación del soporte se pretende eliminar:
- La lechada superficial de, aproximadamente, 1,0 mm de espesor que se forma durante el vibrado y, en general, durante el moldeo. La lechada da al hormigón un aspecto de agradable buen acabado. A pesar de ello, siempre que se tengan superficies de este tipo debe procederse a una limpieza a fondo, porque tienen una baja adherencia al hormigón propiamente dicho y se degradan fácilmente por abrasión.
- Cualquier tipo de grasa o suciedad que pueda hacer, en el momento de la aplicación, el papel de agente de desmoldeo.
Es muy interesante hacer notar la frecuencia, cada vez mayor, con que se utilizan agentes de curado que se aplican a la superficie del hormigón fresco, formando una membrana que impide la evaporación prematura del agua de amasado. Estos agentes de curado son, frecuentemente, ácidos grasos o materiales resinosos que hacen perfectamente dicho papel de agentes de desmoldeo. No puede asegurarse la ausencia de este tipo de productos o desencofrantes sin un detenido examen.
De igual importancia, e indirectamente relacionado con la preparación de superficies, es la edad mínima que debe tener un hormigón, plazo que es recomendable esperar antes de iniciar la aplicación del sistema. Esta edad se cifra en 28 días para un hormigón convencional, sin que medien circunstancias especiales y para elementos de dimensiones medias. La razón para exigir una edad mínima es tener la certeza de que se ha producido la retracción inicial y que se ha alcanzado una distribución y grado de humedad en la masa muy próximos a los de equilibrio.
En el caso de hormigones con algún período de servicio, la preparación debe asegurar la completa eliminación de la lechada y de los agentes de curado que todavía puedan quedar a pesar del uso, así como de todas las impurezas que pueda haber acumulado.
Otro efecto no deseable, que puede encontrarse en hormigones viejos, es la presencia de superficies pulidas que también deben hacerse desaparecer. Por último, es necesario eliminar especialmente las sales que se utilizan para el deshielo, cloruros en general, que pueden provocar la degradación de la capa superficial del hormigón.
En algunos casos en los que la contaminación alcanza una intensidad mayor en determinados puntos localizados, es preciso dedicar una atención especial efectuando una operación de pre-limpieza que solo afecte a dichos puntos.
Métodos recomendados de preparación
La superficie a tratar deberá ser resistente, lisa, sin porosidad que pudiera dar lugar a cráteres o burbujas, así como estar limpia, seca y exenta de polvo, grasa y materias extrañas que pudieran impedir o disminuir la adherencia del revestimiento al soporte. Las grietas y fisuras, en caso de existir, se corregirán aplicando el tratamiento adecuado para cada caso.
El procedimiento de preparación del soporte a aplicar dependerá del estado del soporte (ver tabla de recomendaciones) y del grado de preparación que se quiera conseguir, seleccionando entre los que se describen en los siguientes artículos aquél que cumple mejor nuestras expectativas.